viernes, 13 de agosto de 2010

LA VILLA DEL CASALE EN EL CONTEXTO DE LA ANTIGÜEDAD TARDÍA II

SOBRE LA ANTIGÜEDAD TARDÍA
Es muy común entre los historiadores la tendencia a la fragmentación cronológica, no como un vicio sino más bien como una necesidad a la hora de contextualizar hechos y emplazarlos en un lugar concreto en la línea del tiempo. Además hay otro aspecto relacionado con el que se acaba mencionar y es el concepto tardío o bajo, verbi gratia horizonte tardío, bajomedieval, etc. aspecto que negativiza en cierto modo el período concreto al aludir, sin querer a veces, al momento de cierre de tal período.
Nuestro objeto de estudio, la Villa del Casale, se enmarca en el contexto de la Antigüedad Tardía. Un análisis exhaustivo del período en general y de las formas de vida en él y relaciones humanas nos hará ver que no fue tan pésima como generalmente se cree y que además no hubo tanta diferencia Oriente-Occidente.
Lo relacionado con la Antigüedad Tardía se vincula mucho a la noción de crisis y decadencia por aquello de la crisis del Bajo imperio. Sigue siendo un tema muy candente y objeto de un ferviente interés material además, pues como se verá a continuación, las fuentes escritas tradicionales van quedando algo obsoletas cuando se comparan con la realidad de los yacimientos que cada vez más están mejor estudiados y documentados, aportando una información verdaderamente útil de lo que pasó en la práctica.
Además de todo esto vemos que no es tarea fácil hablar sobre el Bajo Imperio en relación a su economía, política y sociedad o de los intentos realizados para solventar tal situación. Las invasiones fueron un factor más ya que hubo otros como la acumulación de tierras, la monetarización, la división de un imperio en momentos en los que necesitaba estar más unido que nunca, problemas de recaudación y de cobertura de plazas necesarias, etc. Sin embargo, y ya para terminar con esta introducción, es preciso aclarar que no hubo tanta escisión entre Oriente y Occidente debido a que ambas pasaron por procesos similares en tiempos diferentes, es decir, ambas cayeron pasando por una serie de dificultades económicas, sociales y políticas cuya repercusión aumentó por la presencia y llegada de invasores.

El modelo antiguo
Como ya se dijo en la introducción, el tema que nos abarca se halla estrechamente vinculado a procesos de decadencia y hundimiento. Ello se debe a una tendencia historiográfica basada en diversas fuentes históricas contemporáneas o algo posteriores a los hechos que narran. Pese a ello un análisis de éstas atendiendo a su origen, autor y contenido puede hacernos cambiar de opinión.
Algunos de los hechos que más se mencionan aluden a la presión fiscal y a la dureza de las leyes. La primera está muy caracterizada por la imagen de la huida ante el recaudador de impuestos o de cobijar y mantener a tropas que precisen tal ayuda. Ello es cierto y no hay nada que objetar, ambos hechos son verdad, pero el problema viene a la hora de situarlo, es decir, que unos campesinos se quejen de su recaudador no implica que todo el imperio lo haga. La tendencia a generalizar es un grave problema historiográfico. Por otro lado, con respecto a las leyes podemos encontrar calificativos de dureza y opresión, pero no sabemos hasta qué punto fueron puestas en práctica por carecer de la fuerza suficiente o si aquello a lo que se referían y castigaban era un problema presente y grave. Algo también a tener en cuenta es el partidismo de los autores de estas fuentes, puede tratarse de personas hostiles hacia el régimen.
Pese a todo ello, debemos estar satisfechos de que después de todo no hay límites por ahora en cuanto a la documentación puesto que tenemos la posibilidad de recurrir a fuentes materiales como yacimientos. Es en éstos y como ejemplo de la Villa del Casale donde vemos la realidad de este contexto en la práctica y hasta qué punto son verídicos los testimonios. Aún falta mucho para reconsiderar este modelo basado en el reforzamiento masivo del control gubernamental y otros aspectos, pero si fuera verdad tan mala realidad la pregunta que cabe preguntarse es si hubiesen podido aguantar tanto como en realidad pasó.

Oriente y Occidente
Para hablar del distanciamiento entre sendas partes del Imperio divididas por Teodosio, es preciso analizar las estructuras administrativas, económicas y militares instauradas en el lado Occidental y que pervivieron en la otra parte del Imperio.
El sistema fiscal del Bajo Imperio hacía frente principalmente a una continua devaluación de la moneda, llegando incluso a cobrar y a pagar de nuevo en especie. El problema era que la mayoría del presupuesto iba destinado hacia el ejército, en el momento en el que hubiera problemas diversas unidades iban acantonándose en fuentes de aprovisionamiento para que no les faltase de nada. Por lo tanto la annona o aprovisionamiento del ejército fue fundamental para la economía, tanto que al desaparecer esta función del estado se incrementó el proceso de fragmentación económica. Mientras tanto Oriente no sufrió con tanta gravedad las invasiones y además se defendió algo más la causa de las ciudades frente al gobierno central. Todo ello se observa en la tendencia a acumular riquezas por parte de la zona Occidental (el fenómeno del latifundismo) y a una mejor repartición de las riquezas en Oriente.
Además hay que acudir a los factores locales, que adquirieron cada vez mayor importancia de cara a la fragmentación. Las investigaciones arqueológicas permiten establecer comparaciones entre unos núcleos y otros, por ello nos encontramos con regiones que prosperan frente a otras que no lo hacen.

Organización del trabajo y clases sociales
Diversos historiadores han hablado del cese en la producción de esclavos al pararse las conquistas. Sin embargo la realidad es que hay numerosas fuentes que dicen lo contrario y de hecho la Iglesia en sus comienzos fue uno de los grandes propietarios de esclavos. Este hecho se sabe además por lógica, es decir, si existe tendencia al latifundismo es lógico que aún siga habiendo grandes masas de esclavos; y si además estos grandes propietarios se convierten al cristianismo y ceden sus posesiones a la Iglesia, los esclavos van incluidos.
En fuentes jurídicas también aparecen referencias a los esclavos, el problema ahora surge al compararlo con la práctica y ver hasta qué punto existían diferencias entre colonos y esclavos pues un individuo podía ser denominado servus et colonus. Ambos estaban vinculados a la tierra.
Todo ello justifica en cierto modo los repetidos pronunciamientos pues el hecho de estar vinculados a la tierra les hacía pagar un impuesto correspondiente a ésta, la capitatio, y si no se conoce su paradero resulta imposible cobrarlo.
Por ello se desplegó todo tipo de medidas a menudo represivas y muy duras. La legislación además era muy diferente en comparación entre unas zonas y otras. Después de todo es difícil determinar si se produjo un deterioro entre las clases más humildes pues su situación siempre fue bastante penosa. Mientras tanto la diferencia entre ricos y pobres en cuanto a clase se incrementaba en lo referente a las penas por delitos cometidos.
Con respecto a las clases sociales, concepto aún temprano para esta época, encontramos en la cúspide a un sector senatorial poseedor de inmensas tierras, eran latifundistas. Éstos debían tener una serie de subalternos que la mantuvieran y siervos y colonos que la trabajasen. Entre unos y otros se producían intercambios de dones como aceites o aves. Algo digno de mencionar es el incremento del número de estas personas, el Senado era ya un anacronismo, un fósil de la República pero logró conservarse y permanecer siempre y cuando estuviera al servicio del emperador. Por su parte el ordo ecuestre desapareció a costa de adjudicarles rango senatorial a sus miembros. Todos estos gozaban de grandes privilegios como exenciones fiscales y evasión de impuestos como la glebalis o la collatio.
Los miembros del senado constituían también una aristocracia funcionarial muy evolucionada desde sus orígenes. Estos cargos atraían a la gente mientras los que ya los ocupaban hacían todo lo posible por seguir con ellos pues eran bastante lucrativos y libraban de muchas actividades y obligaciones. La nomenclatura y los emolumentos de estos cargos eran análogos a los del ejército. Sin embargo, después de todo, este sistema era muy poco eficaz debido a tantas bocas que mantener (ejército y demás asalariados del estado) y tantas otras que deben ser mantenidas (frumentarios). Mientras tanto era necesario conservar el número de curiales en las ciudades, pero fue difícil pues muchos de éstos tenían ya una plaza en la administración y no estaban dispuestos a volver.
El verdadero problema, o no, llegó con la venta de estos cargos funcionariales y administrativos. Digo problema porque una vez que se comenzó fue difícil ponerle un cerco y, por otro lado, porque al fin y al cabo resultaba como mecanismo financiero y de selección. No fue sencillo acabar con ello, algunos emperadores lo solventaron mediante un juramento de fidelidad, hecho que mostraba algo de debilidad por parte del gobierno. Cuando la corrupción llegó por afectar a todos los niveles en una sociedad que carecía de procedimientos de transparencia ésta llego a ser otro factor de la decadencia.
Otro rasgo característico de la administración bajoimperial fue la institución del patronazgo, en el sentido de protección más o menos sistematizada del pobre por parte del rico. Donde la administración era débil o se producían ciertos abusos por parte de diversas autoridades, individuos de carácter local (secular o religioso) adquirían el papel de patrón. De este modo se suplantaron a los patronos tradicionales. Ello llegó a ser un problema para el emperador y su administración porque en muchos casos el patronazgo se saltaba todo orden y protocolo establecido arrogando legitimidad de autoridad a quien no la tiene.

Financiación
La riqueza del imperio provenía generalmente de la agricultura, frente a ello estaba el ejército que era la institución que más porcentaje presupuestario se llevaba. Por lo tanto hay una serie de factores económicos que beneficiaron la economía como la inmensa cantidad de tierras, el elevado número de población y consiguiente división del trabajo, productividad per cápita alta y aumento de las exenciones fiscales.
El transcurso de las invasiones y colonizaciones de los pueblos bárbaros redujo el cobro de impuestos por parte del gobierno imperial debido a la ocupación de tierras por los recién llegados. Sin embargo no hay punto de distinción con Oriente pues esta parte también sufrió invasiones y conflictos fronterizos, en este caso con los sasánidas. Sin embargo Occidente tenía más frentes abiertos, reduciendo sus tierras. La reducción de unidades del ejército que en consecuencia hizo decaer la circulación de la moneda con la que eran pagados.
Algo digno de mencionar en este apartado es la inmensa cantidad de bocas ociosas a las que tenía que mantener el estado y, a veces, el innecesario incremento del contingente militar. A estas alturas podemos ya decir que los gastos militares fueron determinantes en la decadencia, pues además de la paga se precisaba su mantenimiento, transporte, etc.
Después de todo regresamos al problema de generalizar y es que resulta complejo calcular los ingresos del fisco y los gastos presupuestarios ya que carecemos de datos suficientes y los que hay no son generales o de fiar. Volvemos a la figura del recaudador de impuestos, era odiado por un bando y necesario por parte del gobierno. Además hay una constante reiteración de leyes relacionadas con el tema de los impuestos.
Nuevas fuentes de ingresos fueron el comercio y las fortunas de los senadores, hecho que podía generar controversia porque era cuando comenzaba a comportar cierta carga ideológica.
Por lo general podemos concluir que el sistema fiscal del Bajo Imperio es un asunto complicado de tratar y lleno de injusticias y no muy bien administrado. Esto lo vemos en el ejemplo de la annona, obteniendo grano de todos los medios posibles para el ejército y para los frumentarios acantonados en Roma principalmente a modo de subsidio. Había mucha irregularidad entre aquellos que necesitaban tal subsidio y los que se aprovechaban de él. Por otro lado está también la monetarización de los pagos, sustituyendo la moneda al pago en especie, hecho que hizo subir la inflación al acuñar el gobierno mucha moneda de escaso valor.
Para concluir con este apartado, decir que por muy precario que nos pareciese este sistema, al final resultó que el Bajo Imperio seguía funcionando pese a las adversidades y que además hay que tener en cuenta factores de índole externa.

Fuente:
CAMERON, A. El mundo mediterráneo en la Antigüedad Tardía. Barcelona: Crítica, 1998, Cap 4 (pags 94-117)

No hay comentarios:

Publicar un comentario