OBRA: La recuperación de Bahía del Brasil.
AUTOR: Juan Bautista Maíno.
EMPLAZAMIENTO: Salón de Reinos del Palacio del Buen Retiro / Real Academia de San Fernando / Museo del Prado (Actualidad).
FECHA: 1634 / 1635
TÉCNICA: Óleo sobre lienzo.
ESTILO: Barroco.
DIMENSIONES: 309x381cm
Entrado ya el siglo XVII, Europa era el escenario de continuas guerras y luchas de poder entre los diferentes estados, esta vez el objetivo era lograr la hegemonía del poder en Europa. España seguía teniendo un papel relevante, sin embargo atrás quedaban aquellos años gloriosos de Carlos I y Felipe II, ahora iba pasando a la defensiva y perdía territorios, no solo en Europa, sin en sus posesiones coloniales a lo largo del globo terrestre.
Los inicios de este siglo XVII estuvieron marcados por la Pax Hispánica, un inciso en las prolongadas guerras europeas que después de todo no era más que una pausa esforzada de España por recobrar el aliento ante los continuos y diversos conflictos en los que se estaba metida. Firmó la paz con Francia, Inglaterra y Holanda, con quien estaría en guerra hasta 80 años desde que ésta se sublevara frente a Felipe II. La paz se quebró en 1618 cuando dio comienzo la llamada Guerra de los Treinta Años y más aún cuando España, por compromiso más que por cualquier otro motivo entró en ella.
España entró en susodicha guerra cuando ésta ya estaba avanzada, llamada a ayudar a los Habsburgo de Austria y a los estados cristianos de Centroeuropa. Fue entonces cuando tal compromiso le empezó a costar caro respecto a pérdidas territoriales. La Guerra de los Treinta Años se prolongaría para España con la Guerra Franco-Española, hasta 1659 con la Paz de los Pirineos con Francia y el reconocimiento del cambio de hegemonía europea en favor de Francia.
Como he dicho, los conflictos para España no se encontraban solamente en Europa, también se extendieron hacia sus dominios americanos principalmente y en el contexto de un proceso de expansión europea a nivel global que comenzó en los inicios de este mismo siglo XVII con la creación de las llamadas Compañías de Indias y el nacimiento de las rivalidades ultramarinas entre Inglaterra y Holanda y entre éstas dos con España por el fin del Mare Clausum que tanto favorecía a España desde fines del siglo XV. Es en este contexto de guerras y conflictos ultramarinos en el que se sitúa esta obra, en la recuperación de Bahía, un importante puerto comercial de las costas de Brasil.
El tema del cuadro fue solicitado por Felipe IV a Juan Bautista Maíno para decorar el Salón de Reinos del Palacio del Buen Retiro, una sala de recepciones diplomáticas y actos oficiales donde se querían ensalzar los triunfos militares más importantes de la corona de España. Otros que cuadros decorarían esta sala tienen temática bélica, trabajos de Hércules y retratos de la Familia Real. Hoy día la gran mayoría de éstos se halla en el Museo del Prado, caso del famoso cuadro de Velázquez de La Rendición de Breda, compañero de este cuadro en cuanto a temática.
SOBRE EL AUTOR
Juan Bautista Maíno nació en Pastrana (Guadalajara) en 1580. Tenía ascendencia aristocrática, hijo de un comerciante milanés y de una marquesa portuguesa, ambos al servicio de la Princesa de Éboli. Su posición social fue la que le permitió conocer mundo y viajar a Italia donde se familiarizaría con los grandes maestros de la pintura y conocería además a otros grandes pintores del momento, en su caso a Aníbal Carracci, Caravaggio, Orazio Gentileschi y Guido Reni entre otras influencias que dejarían una marcada huella en sus obras.
Su relación con Felipe IV comenzó cuando fue llamado a desempeñar la función de profesor de dibujo de éste allá por 1620 siendo anteriormente nombrado fraile dominico y habiendo trabajado en Toledo en retablos y con otros trabajos como en los Frescos de la Capilla Mayor de San Pedro Mártir. Fue a partir de esta relación con Felipe IV cuando se acercaría a la Corte y participaría en los círculos intelectuales de Madrid, donde entablaría una buena amistad con un joven Velázquez.
Casi toda la obra de Maíno es de temática religiosa, influenciada por el naturalismo tenebrista de Caravaggio en cuadros como la Adoración de los Pastores o la Adoración de los Magos. También pintó retratos y temas profanos, caso de la presente obra. Su pintura en general se caracteriza por un dibujo descriptivo y vigoroso, por la monumentalidad escultórica de sus figuras, trazadas con una iluminación contrastada e intensa y un colorido vivo y saturado con profusión de amarillos, ocres, azules, cobaltos y bermellones. Trabajó también en diversos soportes y dimensiones, destacando curiosamente como paisajista con obras donde confluyen la poética clasicista y una minuciosa descripción botánica muy cercana a los paisajistas flamencos.
SOBRE LA OBRA
La Recuperación de Bahía rememora la hazaña de don Fadrique de Toledo, quien en 1625 arrebató a los holandeses el puerto brasileño de Bahía de Todos los Santos para devolvérselo a la Corona española. La obra fue pintada en la madurez de Maíno, evidenciando el dominio de la luminosidad y del color así como la originalidad con la que trata el tema. En la obra juega con la luminosidad y con los colores, influencia posiblemente de Carracci, generalmente con colores pardos, azules y grises de tonos claros.
Huye del triunfalismo de haber ganado una batalla, tal y como recogerían otras obras de dicho Salón de Tronos para mostrar dos escenas diferentes, la victoria y la derrota. Al fondo a la derecha don Fadrique muestra a los vencidos un retrato alegórico de Felipe IV pisoteando la Herejía, la Ira y la Guerra, mientras una Victoria y el conde duque de Olivares coronan al monarca con laureles y en primer plano a la izquierda se muestran las consecuencias de la guerra con varias personas lamentándose de los muertos y heridos, auxiliando a uno de ellos.
El autor se centra en una obra de contenido alegórico, victoria frente a derrota, vencedores frente a vencidos y entre todo ello todo tipo de imágenes como la del rey Felipe IV pisoteando a la herejía, acompañado por la victoria y tras de él Gaspar de Guzmán, Conde Duque de Olivares indicando quién estaba detrás de todo.
SOBRE EL CONTENIDO. LA RECUPERACIÓN DE BAHÍA
Salvador de Bahía fue fundada en Brasil como São Salvador da Bahia de Todos os Santos, por Americo Vespuccio en 1501 y posteriormente primera capital de Brasil colonial. No fue hasta mediados de siglo XVI cuando no se empezaría a colonizar sistemáticamente cuando llegó una encomienda de conquistadores portugueses junto con varios contingentes navales y de miles de personas que se asentaron tanto en la misma Bahía como en otros lugares próximos. Al tratarse de la mayor de las entradas marítimas de Brasil fue codiciada para el comercio y es en ello en lo que se desenvuelve la obra pictórica comentada, en una de las varias incursiones de los Países Bajos holandeses para hacer de ella un puerto colonial en el que extender su influencia y de hecho la tomará en 1598, 1624 y 1638.
El siglo XVII está marcado por la expansión marítima comercial de los europeos por todo el globo terrestre prácticamente, siendo curioso el caso de los holandeses que eran denominados los “carreteros del mar”. Holanda creó hacia 1621 la WIC, Compañía Neerlandesa de las Indias Occidentales mediante la que obtendría el monopolio del comercio en el Atlántico en la zona del Caribe y en la trata de esclavos, azúcar de caña y tabaco en otras regiones como es en este caso, Brasil. No llegó a tener el mismo éxito que la VOC o Compañía Neerlandesa de las Indias Orientales debido a su choque con Inglaterra y Francia en América del Norte y más concretamente en lugares como Nueva Holanda (Nueva York, Connecticut, New Jersey y Delaware) que perderían.
Como el norte de América tenía la dificultad de que chocaba con otras potencias marítimas fuertes como Inglaterra y Francia, decidió dedicarse a las Antillas, Caribe y Brasil, donde había predominio español y portugués y éstos no pasaban por sus mejores momentos precisamente; tenía por lo tanto muchísimas más facilidades de asentar su presencia y dominio allí donde la presencia hispanoportuguesa era débil.
Intentó tomar el enclave de Bahía de Todos los Santos a fines del siglo XVI pero le fue imposible y años más tarde, hacia 1624-1625 volvió a intentarlo, y lo consiguió pero por poco tiempo, una flota conjunta de españoles y portugueses recuperó aquello de lo que se apoderaron ingleses y holandeses por aquellas tierras, la ciudad de Bahía incluida. El encargado de comandar la misión fue don Fadrique de Toledo y Osorio, un marino que logró grandes éxitos militares para la corona española. En 1618 fue hecho capitán general de la escuadra del Océano, lo que le llevaría a participar en numerosos conflictos navales en Europa y en América, sobre todo contra los holandeses.
En 1625 don Fadrique fue puesto al mando de la expedición naval que debía recuperar la ciudad brasileña de Bahía, en manos de holandeses desde hacía un año tomada por los holandeses, con una flota de 26 navios con 450 cañones y 3.500 soldados. Con una operación conjunta por tierra y por mar rinde la ciudad de Bahía y captura a miles de holandeses. Posteriormente prosiguió con las operaciones militares desalojando a holandeses e ingleses de otros puntos de Brasil de los que se habían apoderado con anterioridad. En esta obra pictórica Maíno capta el momento de la victoria, justo cuando don Fadrique otorga los honores de la victoria al rey Felipe IV presente en una especie de tapiz, muy engalanado y presentado. Sin embargo, el autor no ensalza tanto la victoria como las consecuencias de ésta, que presenta en primer plano con un combatiente caído auxiliado por varias personas que, caricativas, se apiadan de él y lo ayudan a incorporarse malherido.
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